La vanguardia en Europa y en concreto en nuestro país contó con numerosas artistas mujeres, que irrumpieron en el primer tercio del siglo XX coincidiendo con el movimiento cubista.
Muchas de estas artistas fueron mitificadas y alentadas por sus compañeros durante aquellos años, pero también vistas como sujetos exóticos en ocasiones.
Lo que está claro es que a posteriori estas mujeres de la vanguardia española no han contado con una revisión oficial de su obra a la altura de la de otros colegas masculinos a pesar de ser grandes pioneras.
¿Quieres saber quiénes fueron esas mujeres más destacadas de la vanguardia española?
1.María Blanchard
María Blanchard nació en Santander en la década de los 80 del siglo XIX, físicamente marcada por una caída que su madre sufrió durante su embarazo al bajarse de un coche de caballos.
María en consecuencia vivió toda su vida con una doble desviación de columna que marcaría su destino y también su devoción por su trabajo.
Apenas existen fotografías suyas, ya que las rehuía obsesivamente. Se trasladó a Madrid en el año 1903 pero allí no encontró verdaderamente su sitio hasta que solicitó una beca para seguir formándose en Paris.

En la capital francesa dio con la academia Vitti, un innovador centro donde maestros como Camarasa y Van Dongen orientaban su trabajo hacia una libertad del color y de la expresión totalmente nuevas y desconocidas en la sociedad artística. María pudo alejarse así de las restricciones académicas.
En Paris compartió casa con Diego Rivera y Angelina Beloff, y entró de lleno en el círculo cubista donde establece relaciones de amistad con Juan Gris, Jacques Lipchitzz o Pablo Picasso.

¿Cómo es el arte de vanguardia de María Blanchard?
De su periodo cubista podemos destacar su Mujer con abanico del año 1916, Naturaleza muerta cubista del 17, Composición cubista de 1918 y Naturaleza muerta cubista e 1919.
Poco a poco Blanchard irá abandonando este estilo y se inclinará cada vez más hacia la figuración, pero será una figuración con una influencia constructivista debido a sus orígenes cubistas.
Utiliza violentos contrastes y composiciones muy marcadas con colores dramáticas. Sus imágenes denotan intimismo y expresividad, demostrando su gran sentimentalismo.

Maruja Mallo
La gallega Maruja Mallo vino al mundo en Lugo en 1902 con el nombre de María Gómez González, en una familia bien posicionada.
En el año 1922 se trasladó con toda su familia a Madrid, donde pudo ingresar en la Real Academia de las Bellas Artes de San Fernando.
Coincidió durante sus estudios con Salvador Dalí, que la introduce en el ambiente de la Residencia de estudiantes, donde conocerá también al que sería su pareja durante algunos años, Rafael Alberti.
También hizo amistad con María Zambrano y Concha Méndez, y en esos años conoce a José Ortega y Gasset para cuya Revista de Occidente realizó sus primera exposición con la serie Verbenas.

García Lorca dijo de sus pinturas “estos son los cuadros que he visto pintados con más imaginación, con más gracia, con más ternura y sensualidad”.
Como artista Maruja cultivó un surrealismo muy especial, pasando por dos etapas diferenciadas, una colorista en los años 20 con temas mágicos, optimistas y de corte cosmopolita.
Su segunda etapa fue más sombría y apagada coincidiendo con los años 30,donde su pintura nos refleja un momento personal más caótico y falto de vitalidad.
Maruja Mallo experimentó con la incorporación de otros materiales a sus pinturas, como la ceniza o la cal jugando así con las texturas de sus cuadros.

El inicio de la guerra le sorprende en Galicia con las Misiones Pedagógicas, ya que Maruja era muy activa en temas sociales, y de allí se desplazó a Buenos Aires como conferenciante invitada por la asociación de amigos del arte.
Su estancia se alargó hasta 1961, alternando también algunas estancias en Chile y Uruguay.
En 1962 regresa a España y en 1979 comienza su última serie Los moradores del Vacío. En la década de los 80, los jóvenes críticos de arte recuperan su figura que había pasado prácticamente al olvido.
En el 82 le fue entregada la Medalla al Mérito en las Bellas Artes y el Premio de Artes Plásticas de Madrid.

Remedios Varo
Remedios Varo es otra de nuestras grandes artistas de vanguardia. Nacida en Gerona en 1908 y gran amiga de Leonora Carrington, artista británica de quien hemos hablado en otra ocasión, su obra se inscribe dentro de un surrealismo muy personal.
En el año 36 participó en la exposición Logicfobista de Barcelona y desde ese momento tuvo un acercamiento al surrealismo que se estaba realizando en Francia. Se marchó a Paris junto a su compañero, el escritor francés Benjamin Peret, y en fue en Paris donde alternó con ese ambiente de reuniones y exposiciones surrealistas.

En el año 41 las cosas se pusieron feas en Paris y con la invasión del ejército alemán, Remedios viajó a Mexico donde se instaló hasta su muerte.
Sus pinturas combinan poesía y un fino humor, como podemos ver en sus pinturas de Insomnio, Modelo de traje para vagabundo y Vampiros vegetarianos.
Fue en México donde surgió su gran amistad con Leonora Carrington, quien la influyó fuertemente en sus temas artísticos.
Remedios Varo tomaba a menudo referencias de los cuentos infantiles, explorando los mundos fantásticos con evidentes evocaciones de un mundo medieval, donde podemos ver alusiones a las pinturas de El Bosco o Brueghel el Viejo.
Defendió en sus pinturas la sacralización del cuerpo femenino, como fuente natural de vida, belleza y regeneración.
