El Modernismo o Art Nouveau

También conocido como art nouveau, Jugendstil, Modern Style o Liberty, hoy hablaremos del Modernismo o Art Nouveau, un movimiento surgido a caballo entre los siglos XIX y XX.

Precisamente fue su libertad en las formas lo que facilitó su difusión y el gusto del gran público por este estilo que rompía muchas estructuras antiguas, en todas las artes, pero de forma muy notable en la arquitectura.

Como muchos estilos, el modernismo comenzó como una corriente literaria que más tarde se extendió a todas las artes. Su motor era precisamente una reacción en contra del nuevo mundo industrial y urbano, tan deshumanizado.

El modernismo se inspiraba en la naturaleza, y sobre todo en contra de todo aquello que tuviese que ver con la Revolución Industrial.

Las características del Modernismo o Art Nouveau

En primer lugar, el modernismo es una ruptura con lo tradicional, tanto si nos referimos a los temas religiosos, como políticos o sociales muy marcados en este punto del siglo XIX europeo.

Los artistas modernistas, contrarios a la creencia de que existe una verdad absoluta y objetiva, la verdad científica, tratan de imponer la subjetividad y la emoción de la naturaleza de cada creador.

Como ocurre entre muchas corrientes en la historia del arte, se produce un yo yo entre la sociedad y el individuo, y este foco va oscilando entre las distintas corrientes artísticas.

El modernismo es, por tanto, un momento de vuelta al individuo, y se centra en su fuerza interior. Si hablamos de otros movimientos, podríamos decir sin duda que el modernismo debe mucha de su influencia al impresionismo, y al mismo tiempo impulsó las ideas del arte expresionista y surrealista de las vanguardias de principios del siglo XX.

A pesar de que el modernismo atrajo en la arquitectura a muchos de los grandes burgueses e industriales a la hora de construir sus casas y palacios, es un estilo que nació contra todos estos principios y se cristalizó para dar cabida a todas las clases sociales, sin perseguir las técnicas de producción masiva industriales.

Por último, un rasgo muy destacable del arte modernista sería sin duda su sensualidad. En él proliferaron los temas eróticos y el ensalzamiento de la feminidad, tan relacionada con las formas sinuosas de la propia naturaleza.

Lo exótico de tierras lejanas y paisajes remotos, incluso un lenguaje muy nuevo totalmente prohibido en esa época de costumbres sociales muy marcadas.

La pintura modernista

En lo que a la pintura se refiere, a pesar de los ideales rupturistas sí que se aprovecharon las nuevas técnicas que trajo consigo la Revolución Industrial. Por ejemplo, aquellas que permitían el replicado a gran escala como la serigrafía o la impresión de carteles.

El uso de estas tecnologías fue definitivo para el uso de composiciones, figuras, colores y mezclas que configurarían este estilo.

El término modernista es algo difuso, ya que encontrarás englobados en él a muchos artistas que se han incluido en el impresionismo, como ocurre con Manet, y también otros ya considerados como artistas de las vanguardias del siglo XX, como sucede con Picasso.

No existe un acuerdo unánime sobre qué es modernista y qué no, y hay incluso ciertos autores que incluyen corrientes como el impresionismo o el cubismo como parte de este movimiento más amplio.

De igual modo, hay artistas y obras modernistas que traspasan toda bibliografía y nos conquistan con solamente uno de nuestros sentidos. Para mí, estos son los más importantes: 

Alfonse Mucha

Si hablamos de pintura modernista, tenemos que hablar de Alfonse Mucha. Fue el máximo exponente de este movimiento que convirtió las Arts &Crafts en una de las Bellas Artes. Uno de los aspectos más apasionantes de Mucha es que aúna la pintura con la publicidad y el diseño.

En su época, la publicidad y el cartelismo era un arte prácticamente recién nacido. En esta disciplina fue donde Alfonse Mucha destacó por encima del resto hasta el punto de que revistas y marcas anunciantes se disputaban sus servicios, y la actriz Sarah Bernhardt le contrató de forma exclusiva para representar su imagen.

Sus carteles, posters e ilustraciones se difundieron de forma masiva y terminaron siendo catalogados como Art Nouveau. En ellos vemos siempre mujeres jóvenes, hermosas y sensuales, que flotan entre exuberantes flores y motivos vegetales.

Gustav Klimt

Gustav Klimt fue un artista nacido justo en la época dorada del Imperio Austrohúngaro, y a día de hoy es el más célebre artista del secesionismo vienés. De carácter hermético, refinado y ciertamente complejo, Klimt brilló por su particular estilo a medio camino entre Simbolismo y Modernismo.

Sus obras mundialmente conocidas por su ternura, su sensualidad y su expresividad, tiene un rasgo único y perfectamente reconocible en el exceso ornamental y el uso del oro propio del arte bizantino que tanto le influyó.

El Modernismo en Arquitectura

En cuanto a la arquitectura, los cultivadores del modernismo reaccionaron contra los cánones academicistas franceses y por contra se inspiraron en los postulados teóricos del siglo XIX como los de Ruskin, Morris o Viollet le Duc, quien fomentaba las posibilidades constructivas de los materiales contemporáneos, como fue el hierro.

El Modernismo, siguiendo los ideales de liberar la arquitectura de las consecuencias anti humanistas de la tecnología, trató de evitar el uso de máquinas y la elaboración de piezas de construcción en cadena.

Era urgente para estos artífices restablecer la vida en la naturaleza y el trabajo artesanal de las piezas en la arquitectura.

De este modo, el Modernismo preparó el terreno para construcciones que conciliaran el respeto a la naturaleza con materiales modernos.

Antoni Gaudí

El arquitecto catalán Antoni Gaudí es nuestro máximo exponente del modernismo. Gaudí empleó un lenguaje arquitectónico único, personal e incomparable. 

La prolífica carrera del arquitecto catalán le llevó por destinos tan dispares como el Norte de España (las actuales provincias de Cantabria y León), así como las Islas Baleares. Además de por supuesto, su Cataluña natal.

Durante su larga carrera profesional pasó por distintas etapas, que se han venido definiendo como el estilo orientalista, el neogótico y el naturalista.

Sus exóticas influencias de tierras muy lejanas sumadas a su imparable capacidad de imaginación y creación artística, convirtieron su estilo en inconfundible. 

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