Teníamos la visita pendiente a la Catedral de Santiago de Compostela pero los meses de confinamiento nos lo habían impedido hasta ahora. Igual que una promesa, aquí estamos cumpliendo con nuestra intención.
¡Bienvenidos a la última parada del Camino de Santiago!
Los orígenes de la Catedral de Santiago
La historia de esta catedral se remonta al siglo IX, cuando el obispo Teodomiro de Iria Flavia identifica un templete de los tiempos romanos como la tumba del Apóstol Santiago.
Es a raíz de este descubrimiento que el rey Alfonso II el Casto manda erigir un templo, todavía muy modesto, alrededor de esta construcción pagana.
La noticia comienza a circular por todos los senderos y caminos de la Europa Medieval, originándose el fenómeno de las peregrinaciones a este lugar santo.
Ya en el año 1075, bajo el reinado de Alfonso VI y bajo la dirección del arzobispo Diego de Peláez se inicia una nueva construcción de mayor tamaño en el estilo en boga de este momento, la arquitectura románica. Se prolongará durante algunos años y sucesivos mandatos arzobispales hasta convertirse en el gran templo que hoy en día podemos contemplar.

La peregrinación en torno a Santiago
La peregrinación fue un fenómeno de increíble calado en la Europa medieval, donde mareas de peregrinos devotos se dirigían a lugares remotos en los mapas como Jerusalén, Roma, y ahora Compostela.
Este último destino lo escogían los creyentes para acudir a adorar esas reliquias del santo.
Como hablamos en nuestro curso Universo Románico y en muchas de nuestras videoguías, el establecimiento de Santiago de Compostela como ciudad santa tuvo una gran repercusión para la difusión de la arquitectura románica en Europa.
Los estilos y sus principales fachadas
La catedral de Santiago destaca, además de como el colofón final del camino establecido de los peregrinos, por la grandeza de sus dimensiones.
La construcción de estilo románico tiene la característica planta de cruz latina, con un brazo longitudinal y transepto con tres naves. Sus capillas laterales se disponen de forma ordenada a lo largo de todo el templo, y cada una de ellas es un espacio individual.
La fachada de Acibechería es estilo neoclásico, mucho más reciente. Sin embargo, la fachada das praterías es románica y está plagada de referencias icónicas del arte medieval.
La puerta santa sólo se abre para los visitantes en los años santos, y es de estilo barroco realizada ya en el siglo XVII.

Fachada del Obradoiro
La más conocida y fotografiada de todas, la fachada del Obradoiro que mira para la plaza del mismo nombre, es una combinación de materiales en piedra y vidrio, donde destaca su ventanal central, se terminó en la década de 1750.
Es uno de los mayores ventanales en arquitectura realizados en épocas previas a la Revolución industrial.
La escalinata del Obradoiro fue construida entre 1594 y 1600 por Ginés Martínez, inspirándose en obras similares de Miguel Ángel, Donato de Bramante y Diego de Siloé.
El resultado es una ingeniosa combinación de dos escaleras, una dentro de otra, para doblar las posibilidades de acceso y salida. Detrás de sus rejas se halla la cripta y, encima de ésta, una lonja o mirador que sirve de antesala a la entrada oeste.

Pórtico de la Gloria
Mención aparte merece su gran pórtico de la Gloria, realizado en la temprana fecha de 1188. Está considerado una obra cumbre de la escultura románica. El pórtico viene compuesto de tres arcos.
En el arco central la escena principal que encontraremos es la visión apocalíptica de la Jerusalén celeste: aparece Cristo resucitado, rodeado por los cuatro evangelistas y sus emblemas.
Lucas escribe su evangelio sobre el toro, Juan, sobre el águila, Marcos, sobre el león, mientras Mateo se nos muestra con su caja de recaudador de impuestos.
Entre ellos aparecen los Justos y justo debajo, un cortejo de ángeles que llevan a cuestas los instrumentos de la pasión de Cristo. la columna, la cruz, la lanza y la corona de espinas.
Su maravillosa arquivolta enmarca a los 24 ancianos del Apocalipsis, que conversan entre ellos mientras afinan sus instrumentos.

Santiago en su catedral
Por si estabas teniendo la duda en estos momentos, la respuesta es sí: sí puedes encontrar la figura representada de Santiago Apóstol. Preside la columna central de mármol.
En el basamento de este Pórtico de la Gloria vemos representados seres monstruosos, fieras y héroes de la antigüedad aplastados por el triunfo de la Iglesia.
Detrás de la columna se halla la figura del Maestro Mateo arrodillado, que mira de forma devota al altar. A su lado se encuentra enterrado el arzobispo Pedro muñiz que consagró la catedral en el siglo XIII.
Lo cierto es que durante toda la época románica no se volvió a construir un edificio como éste, ni en tamaño, ni en la totalidad de los elementos de su tipología.
En ella intervinieron grandes maestros de obras. En primer lugar el maestro Esteban y luego el maestro Mateo.
También todos las cuadrillas de canteros, picapedreros y escultores que participaron en su realización difundieron a continuación sus características por toda la arquitectura románica del siglo XII.
La catedral de Tuy, en Pontevedra, reprodujo este modelo compostelano en pequeño formato.
